Colección: Artículos publicados | Publicación original: Medium | Imagen: Jorge Plaza Bárcena.

 

La torre de Río-Quintanilla ocupa un emplazamiento de carácter defensivo a la entrada del desfiladero que comunica con el Norte del valle de Caderechas. La construcción actual (siglo XV) puede estar en relación con otra -hoy prácticamente desaparecida- situada no muy lejos de ella.

 


 

 

INDICE

 

1. Emplazamiento de la torre

2. Fisonomía del edificio

3. El castillo de Río

Esta ‘torre’ o casa-fuerte se encuentra situada en el pueblo de Río-Quintanilla, en el burgalés valle de Caderechas. Emplazada concretamente en el barrio de Río, uno de los dos que (junto con el de Quintanilla) conforman esta localidad.

Se accede a ella, bien desde Salas de Bureba (mediante la BU-V-5026), atravesando la localidad de Aguas Cándidas, o bien desde la vecina villa de Quintanaopio (por la BU-V-5025).

Majestuosa y bien restaurada, se alza visible sobre un montículo rocoso al Este de la población y muy próxima a la carretera. Su situación parece adoptar una posición defensiva, protegiendo la entrada del desfiladero que conecta con el corazón del valle de Caderechas por su sector meridional.

 

1. Emplazamiento de la torre

 

Hoy en día se encuentra acompañada por otras construcciones próximas, sin embargo en su origen la edificación se emplazaba aislada a las afueras del pueblo, como vemos también en las cercanas torres de Terminón y de Ojeda.

Esta ubicación, en un lugar apartado, podría deberse al hecho de que los vecinos de Las Caderechas tenían por nacimiento la consideración de ‘Hidalgos’ y pertenecían, por tanto, a la nobleza baja.

 

El título de ‘Hidalgo’ (o Infanzón) era un distintivo nobiliario con origen en la “reconquista” que reconocía la pertenencia a un buen linaje (=“hijo de algo”) y confería a sus portadores ciertos privilegios y exenciones tributarias.

 

Por ello, resulta comprensible pensar que los vecinos de las villas no tolerasen distinciones entre iguales, evitando levantar construcciones fortificadas en el interior de los cascos urbanos y viéndose obligados a hacerlo fuera de los mismos.

 

Entrada y ventana doble superior, de la torre de Río-Quintanilla.

 

2. Fisonomía del edificio

 

La torre de Río-Quintanilla que hoy observamos data del siglo XV, aunque pudo formar parte de algún tipo de fortificación anterior, posiblemente del siglo VIII. Su planta es cuadrada, de aproximadamente 10 metros de lado; levantada con mampostería de roca toba del entorno, sobre una base de piedras informes que apoyan directamente en la roca viva.

 

La diferencia de materiales utilizados en sus muros parece apuntar a varias reconstrucciones sucesivas, como consecuencia del mantenimiento y de su adaptación a distintos usos a lo largo del tiempo.

 

Se distribuye en planta baja y un piso superior, siendo su altura máxima de 12 metros y la superficie de 110 metros cuadrados por planta. El forjado del piso alto se apoya en ménsulas (repisas) para evitar empotramientos en los muros que los debiliten.

En la actualidad carece de almenas defensivas y se encuentra coronada por un tejado a cuatro aguas que le protege de las exigentes condiciones del clima de la zona.

 

 

El edificio dispone de troneras defensivas (aberturas) de tamaño desigual distribuidas por todo su perímetro y situadas a diferente altura, mientras que en la planta superior aparecen distintos vanos de mayor tamaño.

 

De propiedad municipal, se conserva en buen estado debido a una reciente restauración, en la que (entre otras cosas) se habilitó su espacio interior y se dotó de buena techumbre que garantizase su conservación.

 

La puerta de acceso presenta un arco apuntado, con doble fila de dovelas, flanqueada por dos grandes troneras que la protegían. Sobre ella, destaca un ventanal doble (ajimezado), de inspiración árabe y común en la arquitectura medieval; el cual se repite, de una manera más tosca, en el muro Este del edificio.

 

Vista del lado Este y Norte de la torre de Río-Quintanilla (Burgos).

 

3. El castillo de Río

 

A las afueras del barrio de Río se encuentra, situado sobre un roquedo a los pies del pico El Mazo y vigilando el angosto paso hacia el norte del valle de Caderechas, los restos de un antiguo emplazamiento militar que los vecinos llaman “el convento”.

Su acceso actual es complicado y, una vez allí, se logra distinguir poco más que los restos de lo que fueron dos lienzos de los muro laterales y un cubo defensivo que asoma directamente al desfiladero.

 

Frente a los restos de “el convento” de Río, se yergue imponente el pico ‘Castilviejo’ (1079 m) cuyo nombre evoca la existencia en su entorno de algún tipo de asentamiento fortificado, en algún momento de la historia.

 

Restos del cubo defensivo del castillo de Río (Río-Quintanilla, Burgos).

 

Algunos autores relacionan estos restos con el castillo del conde Gonzalo Salvadórez, tenente (gobernador) del monarca Alfonso VI en los territorios de Lara, Trespaderne, Poza de la Sal y Caderechas; que pudo tener su ubicación en este preciso lugar.

 

«Regnante rege Alfonso in Castella (1082) et sub eius mandato, ego comes Gundisalus in Castella, et Tetilia et Cadreggas, et in Poça…» (Colección diplomática de San Salvador de Oña (822–1284), J. del Álamo. Tomo II, p. 114).

 

El sepulcro de este magnate del siglo XI, junto al de otros miembros de su linaje, puede encontrarse aún hoy en el claustro del monasterio de ‘San Salvador de Oña, del que fueron importantes benefactores.

 


 

 

Texto y fotografías:

 

Jorge Plaza Bárcena

 

Enlace de interés:

 

Álbum fotográfico >> https://flic.kr/s/aHskFTN8FJ

 

Fuentes:

 

“Arquitectura fortificada en la provincia de Burgos”, Cadiñanos Bardeci, Inocencio, Burgos — 1987.

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